Enunciado: El teorema del salario de Dilbert establece que "Los ingenieros y científicos" nunca pueden ganar tanto como los ejecutivos, los comerciantes y las modelos".
Hipótesis: Este teorema se puede demostrar matemáticamente a partir de los siguientes 2 postulados:
Postulado numero 1 : "El conocimiento es poder"
Postulado numero 2 : "El tiempo es dinero"
Demostración: Todos conocemos el siguiente axioma : Poder (potencia) = trabajo / tiempo
Cómo: conocimiento = poder
tenemos que: conocimiento = trabajo / tiempo
y como: tiempo = dinero
tenemos que: conocimiento = trabajo / dinero
Despejando "dinero" obtenemos: dinero = trabajo / conocimiento
Así, si "conocimiento" se aproxima a cero, el dinero tiende a infinito, independientemente de la cantidad de trabajo realizado. Queda demostrado cuanto menos sepas, más ganarás.
Dilbert pertenece a una tira comica creada por Scott Adams que parece en sinfines de revitas y diarios del mundo, tambien como dibujo animado, y pueden vistar su sitio en www.dilbert.com
3 comentarios:
...y , este mundo y sus gobernantes apuntan cada vez mas a gente ignorante, le lavan la cabeza del capitalismo que solo beneficia a unos pocos ignorantes, pero inteligentes chantas.
by draculin
Jajaja ... una masa Dilbert !
Rodrigo
http://www.16-bits.com.ar/
Muy matematico y realmente te hace pensar un poco.
De todas maneras hay versiones (varias) que muchos de los postulados de los economistas no son del todo veraces:
Un matemático, un estadístico y un economista presentándose a una entrevista para el mismo trabajo.
- El entrevistador llama al matemático y pregunta "¿A qué es igual dos más dos?" "cuatro", replica el matemático. "¿Cuatro exactamente?", pregunta el entrevistador. Sumamente sorprendido el matemático mira al entrevistador y responde "Si, cuatro exactamente".
- Luego el entrevistador llama al estadístico y le realiza la misma pregunta "¿A qué es igual dos más dos?" El estadístico responde "En promedio, cuatro, con un más-menos diez por ciento de confianza, pero en promedio, cuatro."
- Por último el entrevistador llama al economista y plantea la misma pregunta "¿A qué es igual dos más dos?" El economista se levanta, cierra la puerta, baja la persiana, aproxima su silla a la del entrevistador y , en voz baja, dice "¿A qué desea usted que sea igual?"
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